domingo, 30 de enero de 2011

Un Filósofo en Apuros: Degradación de la Concentración

Retomo mi desatendida sección autobiográfica para realizar un llamamiento en contra de las sesiones de clase de dos horas: son insanas, dolorosas para la constitución física, y es directamente imposible mantener una constancia en lo que a concentración se refiere. Estudiando para el examen final de una asignatura por unos apuntes ajenos me maldije mil veces por haber dejado de ir a esa clase y no disponer de mis propios apuntes, y solo por curiosidad miré los que tenía de las clases a los que había ido, y encontré los de una sesión de dos horas que ejemplifican perfectamente lo que ocurre en estas clases: observan la degradación que se produce, hoja a hoja, en el nivel de atención/concentración de estos apuntes.

1. Comienzo de la clase: buena actitud y disposición a tomar todos los datos posibles. Sin distracciones, "buena letra" y casi en limpio, espacio total ocupado por escritura.

2. Comienza la incapacidad para concentrarse: surgen los primeros dibujos, se aprecia sin embargo todavía vanos intentos por conseguir la totalidad de lo dicho por el profesor: la letra todavía es legible y lo escrito todavía no es inconexo.

3. Los dibujos ya comparten el mismo espacio que lo escrito, e incluso vienen acompañados de aclaraciones sobre los personajes que los protagonizan. La escritura comeinza a verse condicionada por el dibujo en la parte inferior, y en la superior apreciamos grandes espacios entre las lineas que dennotan nerviosismo e incapacidad de entender lo que se está copiando.

4. Absoluta desconexión con la realidad de la clase: los pocos apuntes son aislados destellos de conocimiento: letra ilegible y total inconexión entre las diferentes partes. Los dibujos varían desde la recreación de personajes a la fantasía con la dominación del universo.

5. Total dominio del dibujo: la confusión y el desgaste de la duración de la sesión desembocan en la evocación de figuras grotescas que representan la caótica realidad del alumno: rockeros din futuro, hombre serpiente y una (espléndida) recreación de Veneno. Si hacen click en la imagen y dirigen su atención a la zona de los tachones, verán que se trata de una cuenta atrás de los minutos que quedan para que finalice la sesión, tachado posteriormente con desesperación por el alumo (yo), al ver la lentitud con la que pasaba el tiempo.


6. Colapso total: al igual que el mundo del alumno, la hoja pierde todo sentido y se ve volteada en su naturaleza. No encontramos dibujos lógicos, tan solo una sucesión de lineas que son ejemplo de la total desespración que domina al alumno, incapaz de crear nada debido a su total desgaste intelectual. Los pocos fragmentos escritos hacen quizá más incapié si cabe en el ansia del alumno por salir de la clase: se aprecian un par de vanos intentos de apuntar un par de datos junto con un grito desesperado por huir de la clase, escrito todo en mayúsculas, símbolo del agobio y anseidad de su alma.

1 comentario:

Cebollo dijo...

Haré una publicación respuesta a esta tuya demostrando lo infumable que fue esa clase. Yo no atendí ni en un principio, dediqué las dos horas a pensar en 125 (o 120, no me acuerdo) razones para que nuestra compañera Sara fuera al cine a ver "La red social".

Por cierto, un Venom maravilloso. Y esta degradación de tu mente irá en nuestro libro sobre lo que nos aporta la carrera de filosofía, supongo que la pondremos entre un par de mis dibujos de pollas.